agosto 14, 2015

Mensaje

Me gustabas tanto y tan a ciegas que no supe qué hacer con eso. Lamento incomodarte, no tienes que responder esto, solo necesitaba decírtelo para liberarme del cuestionamiento permanente sobre por qué soy así. Ahora puedo seguir mi camino. Sé feliz.

(Guardó el mensaje en los borradores, por si algún día se atrevía a enviarlo... por si algún día volvía a necesitar desnudarse)



(2013)

Corporal

Es tan corporal, tan kinestésica, tan sensorial tu relación con mi vida, que nunca he tenido palabras con tu olor en este lugar tan mío. La letra no es tu jurisdicción.

julio 24, 2015

Boceto

Quise dibujarte y no me resultó tan fácil como otras veces... Puede ser que te estés yendo de mis dedos, de mis manos, de mi lápiz, de la frágil memoria que un instante con los ojos cerrados dejó tatuada.

Puede que haya perdido tus proporciones, la forma de tus cejas, las margaritas que se crean en tus mejillas al sonreír, pero no puedo perder ni la intensidad de tus ojos marrones ni la curva infinita de tus pestañas rizadas, aunque lo desee.

julio 01, 2015

Kintsugi

Antes de ayer, mientras sacudía un mueble en casa de mi madre, sin querer topé una tetera de loza que contenía un cirio que mi Omi tiene desde la muerte de la Weli, hace ya cinco años. Al toparla, cayó y se quebró en mil pedazos, también se quebró el cirio de la Weli. Fue un accidente, un descuido, pero me hizo pensar en lo fácil que es hacer que algo se rompa y que aquello que se quiebra nunca más volverá a su estado anterior. Muchas veces tenemos acciones descuidadas, a veces puede que ni siquiera nos demos cuenta que hemos roto algo importante para alguien, dentro de alguien... puede que jamás lo notemos, pero eso que se quiebra nunca vuelve a ser lo que fue, no hay vuelta atrás.

Pensando esto recordé el arte del Kintsugi, la hermosa técnica que usaban los japoneses para reparar las vasijas rotas uniendo sus partes quebradas con oro y resina, transformando aquello que se rompe en una nueva pieza, más hermosa y con una historia nueva. Pensé cómo hoy en día todo se desecha a la primera trizadura. El mundo actual no soporta el error, no admite la imperfección que lo desborda, se enceguece pensando en un ideal de perfección inexistente, inalcanzable.

La tetera de loza de mi madre no tuvo rescate, el quiebre fue demasiado grande para recuperar todas las piezas y hubo que desecharla... a veces el daño es irreparable. Sin embargo, el cirio de la Weli fue reparado y ahora tiene una marca que nos recuerda que aunque hayan pasado ya 5 años desde que se fue de este mundo, inesperadamente, como ocurren los grandes dolores en la vida, su luz sigue en nuestra casa, dentro de cada uno de nosotros, brillando siempre y que además ahora podemos tener la tranquilidad de que descansa en un lugar propio.

Esta noche se cumplen cinco años desde aquella, la noche más dolorosa de mi vida, sin embargo sé que lo que se quebró en mi con su partida he aprendido a unirlo con oro y que hoy ostento parte de su maravilloso espíritu dentro mío. Por aquello estaré siempre agradecida y me propondré, al igual que ella, siempre actuar con amor, seguir creyendo en que la humanidad puede ser buena y hermosa y entregar lo mejor de mi en cada cosa que haga en este mundo.

marzo 23, 2015

Curiosamente

Nací un día de primavera, hace algunos años... curiosamente, tú naciste un día después, un año después, en otoño.

marzo 04, 2015

Dobles


Mendoza, Argentina es la ciudad de los dobles de acción. Estando este fin de semana allá, justo en la belleza de la fiesta de la vendimia, me topé con mucha gente que no era. En el hostel donde me quedé estaba también mi falso primo Pancho y un falso Meme bonaerense. En una librería donde entré atendía mi falso tío Toño, en otra estaba comprando un falso Dino Plaza. En la feria del vino paseaba una falsa Marcela. En un bar, a media cuadra de mi hostel, un falso Tim bebía una cerveza con un amigo. En la fiesta de la vendimia, en la Plaza de la Independencia, una falsa Javiera disfrutaba del show.

Es inquietante pensar que yo volví, pero anda otra yo por allá del otro lado, que aun disfruta de la vendimia mendocina. O quizá es la falsa yo la que ha vuelto a Chile, la que casi se cae en el bus por Caracoles, la que hizo una fogata en la curva 20 para no morir de frío en plena cordillera.

Pienso también ¿La falsa Javiera será amiga del falso Meme, prima del falso Pancho, sobrina del falso Toño, compañera de la falsa Marcela, alumna del falso Dino...? ¿Conocerá al falso Tim? ¿Sabrá que hay otra ella en Chile y que por un par de días coincidieron en la misma ciudad? 

¿O quizá seré yo la doble, la falsa alguien más?

enero 26, 2015

Sueños

Y así, sin más, te me colaste en un sueño. Sin haberte pensado, sin dormirme en la memoria de tus ojos marrones y tus pestañas rizadas, sin siquiera mencionar tu nombre ni tu existencia. Apareciste ahí sin aviso, como si fueras cotidiano. No te invoqué, no estaba en mis planes traerte al recuerdo, no estaba en mis planes volverte a pasar por el corazón. Simplemente estabas allí, sentado en una silla junto a mí, charlando de cualquier cosa, con las mejillas sonrojadas por el calor de mi hemisferio (o por el frío del tuyo, quién sabe)

¿Me colaré yo en algún rincón de tu inconsciente también? ¿Estaré sentada en la otra silla, en la otra orilla de una dimensión onírica paralela? ¿Surgiré de la nada y sin previo aviso en tus sueños?

¿Será que cuando alguien se te aparece en un sueño, en alguna otra dimensión ocurre el encuentro? Qué bello sería si fuera así...

enero 16, 2015

Mamihlapinatapai*

Dos desconocidos, de lugares desconocidos en países desconocidos de continentes desconocidos, se encuentran en una ciudad desconocida. Se miran, sonríen, se miran otra vez, se saludan, conversan. Caminan juntos por una calle desconocida hacia un hotel desconocido, diez minutos, quince, media hora... el tiempo es desconocido mientras se cuentan historias desconocidas. Sus hombros se rozan levemente y por un momento, experimentan sensaciones desconocidas, estremecimientos desconocidos. Entran al hotel, al ascensor, marcan sus pisos. Se miran, sonríen, hablan trivialidades que esconden mensajes desconocidos. Se abre la puerta, palabras de despedida, ascensor detenido, detenido, detenido, forzadamente detenido. Se despiden, se miran, no se tocan, se vuelven a mirar, no dejan de mirarse. Ascensor detenido, detenido, detenido eternamente, mientras sus ojos no quieran separarse. Segundos, minutos, horas, días, años... Se acercan, se arrepienten, se separan, se rozan nuevamente, estallan universos desconocidos. Suena la alarma del ascensor, quebrando aquel silencio desconocido. Un desconocido desciende. Se siguen mirando hasta que la puerta se cierra ante sus ojos desconocidos.









*Mamihlapinatapai es un vocablo yagán que se traduce como: "una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean pero que ninguno se anima a iniciar".