agosto 22, 2006

Recuerdo la vida... (pasada)

¿A qué viene esto? Simplemente a ser conciente de la vida en los bolsillos y zapatos, solo un pequeño trozo de ayer para recordar que la vida es una ecuación con constantes y variables, como todas... ...Y solo así siento que sola fui siempre, y que tu mano jamás rozó las hélidas falanges mías. Tu abrazo fue solo el tímido tacto de otra brisa, lejana, de otro tiempo, de otro alguien. Y sí, el engaño fue mío, la maldita coraza que me alejó de tu andar sereno, ese miedo a la vida, el acostumbramiento a la ausencia, la fidelidad a la muerte. Y solo aquel que reconociste luego de tu daño es quien sabe todo lo que ni siquiera a mi misma me confieso. Y ahora solo tengo que escupir la rabia del cuerpo y sacarme todas esas palabras insulzas sin tus oídos, lanzarlas al mar que tantas veces nos devolvió una sonrisa, ese mar que conoce nuestros rostros como nadie; rostros que ya no miran juntos. Ese mar que no tiene tiempo, ni fines, ni comienzos, gira sin contornos en la vorágine de la existencia (o de la no-existencia), como esta historia no-historia, como este texto no-texto, como tú no-yo, como yo-nada-en-la-nada. Sólo debo devolverle al mar las gotas que le robé muchas tardes, en las que bebí de sus infinitos ojos y fumamos la anaranjada risa de la Luna; esparcir las cenizas del no-viento, de este no-cuento-de-hadas que jamás será contado ni recordado. Sólo librándome de esas letras que me sobran podré mirarte, no-daño. Nada fuiste, pensamiento, no-persona, un florido despertar de mi onírico desdén. Sólo fuiste de equinoccio a equinoccio, un lapso de tiempo ensoñado, tú, no-ser, yo, tu no-reflejo, imperfección nosotros.

agosto 18, 2006

Manía

Y se me pasan lo días entre el orden compulsivo de las cosas y las soledades musicalizadas con los doors, neojipi optimista de oreja, un ente misterioso y desconocido en el acto. Mezcla de ameba y pared de café de "adulto joven", un esperpento ambulante que se preocupa de que todo esté en pertecta simetría, una forma sin fondo. No sabría explicar el fenómeno que me aqueja, no sé si tenga alguna clasificación psicológica, una taxonomización patológica o algo por el estilo (dejémosle eso a los psicólogos, tan amados y odiados por las masas de este blog). El punto es que este desorden de conducta, que, aunque provechoso en la organización banal de deberes, puede ser nefasto para la interacción en la comunidad, componente tan importante de nuestra estructura como sujetos sociales. Espero que, a falta de roce social normal, como el ser humano que creo ser, este cuadro sirva para mejorar y/o potenciar otras actividades, qen el mejor de los casos de desarrollo del ser, a través de la producción textual, artística de algún tipo o quéséyo... La idea es que no sea solo un alienamiento sin sentido. Otro día hablaremos de eso... Hoy no estoy para Heidegger.

agosto 04, 2006

Un segundo día como cualquiera

Hoy encontré un fragmento de texto sin terminar, no sé de qué fecha data ni en qué circunstancias fue escrito, no lo recuerdo y quizá no importe mucho. Estaba en una página de la agenda de la U, entre el lunes 20, martes 21 y miércoles 22 de febrero, aunque obviamente no fue escrito en ese momento. La tinta... magenta, como siempre. "Se cierran los boliches y yo sentada en la escalera infinita del olvido. La gente pasa, algunos miran, nadie pregunta, los mitos caen inexorablemente, sin embargo espero, con pocas ansias, que todo acabe, que alguien venga a rescatar(me) los vestigios de la nada. La luz, cada vez más tenue, se desliza sin pudores entre las cosas, dibujando lúdicas figuras fantasmales. Ocasos..." ( Quizá no signifique nada. No pensar puede parecer una forma de evadir, o tal vez una forma hegemónica de controlar las masas, aunque suele, en ciertas esferas de opinión (y qué significa eso), ocultarse bajo la ilusión de "la expresión del genio incomprendido". Estos intelectualoides postmodernos que se sienten dioses masticando y manoseando las ideas regurgitadas de viejos empolvados en sus tumbas y elevados al Olimpo filosófico. Qué peor, la juventud sin rumbo, dejándose llevar por la vorágine de la caja idiota... o esa pequeña gran élite de desdichados, juventud deprimida y perdida, citando a Baudelaire y Nietszche, haciendo la parodia del artista... )

Hoy fue un segundo día como todos los segundos días de la vida, parecido al primero aún, pero ya sin ese aire de inicio, porque al fin y al cabo, nada comienza porque nada alcanza a terminar.

Nada mejor que llegar a la noche de un segundo día como cualquiera con un Robert Johnson tocando guitarra en tus oídos, invocando demonios de días posteriores. Ya sé, no tiene sentido... pero ¿para qué lo necesita?