marzo 05, 2007

Difícil Parto

A veces me desvanesco más de la cuenta, me desdoblo y desdibujo, perdiéndome en los surcos de un lápiz, pinto mis ojos de otoños pasados y venideros, prontos, me desligo y te disparo desde la penumbra. Odio ser tan persona a veces, odio imágenes que desconozco y lugares que jamás he pisado, también los añoro profusamente. Te grito en el silencio de un fantasma vecino que observa al fondo del pasillo cómo mi mente cae a trozos irregulares tratando de re-leer Rayuela por milésima vez y despertando tarde, demasiado tarde. Me exasperan tu rostro y los peluqueros siempre tan siniestros tras sus tijeras, también el calor excesivo y mis múltiples alergias (misteriosas para la ciencia médica), me aburro de jugar a ser ecuánime y ordenar compulsivamente mis cosas, me canso de verte en todos lados, incluso donde no estás, de encontrarte en los reflejos de los vidrios como cargo de conciencia, como canción repetida al infinito, como dolor de pecho, como cansancio de la mente, como levedad de los ojos. Hace tiempo que me cuesta taxonomizar ideas, llevarlas a las palabras, todo se queda en esa masa amorfa de la mente que decía Saussure que existe entre el objeto y su imagen acústica. Pienso en muchos textos, en frases sueltas, en novelas completas, entran y salen de mi cabeza como imágenes de una película inconclusa, pero jamás toman forma en letras, de hecho, este texto se ha demorado semanas en ver la luz de la internet, y aunque no me convence ni me gusta, algo hay que hacer para que vuelva a fluir el verbo por las venas...

1 comentario:

Pantruca mamá dijo...

Hola javi!

Te escribo en este espacio porque me gustaria invitarte a visitar mi blog, siempre tu opinion ha sido muy valiosa para mi

Cuidate amiga